miércoles, 24 de septiembre de 2014

Literatura y TIC: Misión Biblioteca

Misión Biblioteca

Después de la Maratón de Lectura (y por suerte, porque los alumnos leyeron muchos cuentos), ¡se mezclaron todos los libros!.
Fue tarea de 5to B, en el taller de Literatura y TIC clasificar todos los libros y ordenarlos en las cajas correspondientes para ayudar a la seño Gabi.
Además, tipearon los listados que faltaban para que queden en la Biblioteca y puedan ser distribuídos junto con las cajas cuando visiten las aulas.
¡¡¡GRACIAS!!! Excelente trabajo.
Y además... nos dejamos unos cuantos para leer en la Jornada!!!












  

Salida Educativa 2do A

Terminal... allá vamos!!!

Los alumnos de segundo grado A fueron hasta la Terminal de omnibus de Almafuerte para averiguar que servicios presta. Y si no saben como llegar hasta allí, los chicos de segundo te hacen el croquis y te explican!!!!!

      

          

martes, 23 de septiembre de 2014

Maratón Nacional de lectura

Leer es una actividad placentera fundamental para la

educación y el desarrollo de los niños.

La Maratón Nacional de Lectura es la campaña anual de promoción de la lectura de Fundación Leer.
Millones de personas en todos los rincones de la Argentina leen al mismo tiempo junto con los niños para comunicar a la sociedad que leer es bueno para el presente y para el futuro de nuestros chicos.
Este año el lema es Por su incondicional compañía. Un homenaje a los personajes literarios que trascendieron las páginas de los libros. 


Así disfrutó la Pedro C. de una jornada de lectura y actividades recreativas:









En la sala de informática: "Cuentos Interactivos"









domingo, 21 de septiembre de 2014

Literatura y TIC: En la luna

EN LA LUNA

de Oliverio junta preguntas
Autora: Silvia Schujer

Si se la ve solamente de noche... 
¿cómo se hace para viajar a la Luna de día? 

Oliverio tomó asiento. Sacó lo imprescindible de la mochila y la colocó a su costado.
Oprimió el botón de despegue y sintió que todo su cuerpo comenzaba a elevarse. Lentamente. Lentamente, al principio.
En pocos minutos, los ruidos y las voces conocidas empezaron a bajar el volumen hasta perderse por completo.
Las cosas y las personas fueron disminuyendo su tamaño hasta convertirse en hormigas y, en seguida, desaparecer.
Oliverio abrió la carpeta y anotó: "Despegue sin problemas", "Primer tiempo de vuelo silencioso".
Un rayo de luz calentito y amarillo se coló por la ventana.
Oliverio giró apenas la cabeza y, ante sus ojos, el espacio infinito llenó completamente su atención.
Después de comprobar que no era oscuro, el universo luminoso le permitió divisar los paisajes con lujo de detalles: estrellas apagadas por la luz del día, planetoides blancos alineados sobre un gran espejo verde.
Oliverio anotó en la carpeta: "Las luces del espacio se meten por la ventana", "Algo verde se ve en el frente".
De pronto, el chirrido de una puerta rompió el silencio bruscamente. Antes de reaccionar, Oliverio creyó escuchar un sonido distorsionado diciendo: AQUIESTAELBORRADOR. Una voz lejana metiéndose por alguna ranura de la nave en cámara lenta.
Preocupado, estiró la mano para comprobar que su cápsula estuviera herméticamente cerrada. Y cuando volvió su mirada hacia el frente, una nube de polvo cubría los planetoides blancos. Al cabo de unos segundos, reaparecería la brillante superficie verde del frente.
Oliverio escribió en su carpeta: "Los planetoides desaparecieron tras una nube de polvo".
El tiempo se fue volviendo más lento. Más gelatinoso.
Oliverio apretó el botón para acelerar la velocidad de su viaje y una sucesión de imágenes desfiló ante su vista como los cuadros de una película.
Al principio, una suelta de colores desbordó de sus pantallas de control.
Planetas con forma de manzanas y alfajores fueron quedando atrás a su paso.
Oliverio creyó ver entre el desorden de imágenes otros claros planetoides desparramados sobre el espejo verde del frente.
Atravesando una larga extensión cósmica, reconoció a Esteban y a otros cinco compañeros saludándolo desde el espacio infinito. Caminando por la inmensidad del universo. Perdidos y sonrientes como él.
Hasta que una voz se internó como una aguja en sus oídos.
- ¡Oliverio! -sonó metálicamente.
Asustado por el extraño zumbido, Oliverio aumentó la velocidad y por fin pudo divisar la superficie de la luna. Blanca como la leche.
Tan nítidamente la vio ir tomando forma, que, por un momento, tuvo la sensación de que no era él quien se acercaba a la Luna, sino que la luna se arrimaba a él.
- ¡Oliverio! ¡Oliverio! —volvió a sonar en la nave como si alguien lo llamara desde adentro.
Decidido a no interrumpir su travesía a pesar del miedo (porque tenía miedo), Oliverio oprimió el botón de llegada urgentemente.
Con cierta emoción comprobó que las rueditas se asomaban por la base de la nave.
- ¡Oliverio! - sonó estruendosamente.
Y procedió al alunizaje. Tranquilo, con la suavidad de un bostezo nocturno, para no cometer errores.
Se colocó el casco. Esperó que el motor detuviera su marcha por completo y entonces se puso de pie.
- ¡La Luna! - pensó Oliverio-. ¡La Luna!
Y la vio toda de blanco con sus cráteres inconfundible, los banderines, los selenitas y las selenitas haciéndole señas de bienvenida.
- ¡Oliverio! - sonó casi al borde de su nariz.
Y Oliverio, maravillado, abrió la puerta y, apenas apoyó un pie sobre la superficie, recibió sorprendido el encuentro.
- ¿Me puede decir dónde estaba, señor? - preguntó la maestra.
- En la Luna - respondió Oliverio con toda sinceridad. Y la boca se le quedó un poco abierta. Seguramente por los recuerdos.
- Repita lo que yo estaba explicando - dijo la maestra.
- ¿Cómo? - preguntó Oliverio.
- ¿Me puede decir dónde estaba "el señor" mientras yo explicaba?
- En la Luna - aseguró Oliverio.
Y entonces la maestra agarró la carpeta y se puso a escribir una nota a los padres.
Cuando Oliverio llegó a su casa, se sentó a comer y...
-¿Qué tal, Oli? ¿Cómo te fue en el colegio? -le preguntó su mamá.
- Me pusieron una mala nota por no prestar atención - respondió.
- ¡Pero qué chico! - dijo la mamá. - ¡Siempre en la Luna! - agregó enojada. Pero se quedó dura cuando sin saber ella por qué, Oliverio le dio un beso, un abrazo y le dijo: - No importa mamucha. Por suerte vos me creés.

Ilustraciones de los alumnos después de leer el cuento:

Gabriel Quintero

Génesis Mattarucco
Julián Carleti
Tomás Barattero - Josué Tapia - Augusto Barboza

Alexia Assain

Brisa Gómez

Uriel Zanetti
 
Ulises Bono

Mariano Fernández

Santiago Flores

Santiago Torres
Tamara Fernández

Ramiro Zurita
Mateo Moyano
Griselda Panichelli

Carlos Oliva



Literatura y TIC: Oliverio junta preguntas


Portada de "Oliverio junta preguntas"

Oliverio junta preguntas



Autora: Silvia Schujer

Oliverio coleccionaba preguntas como quien junta figuritas.
Pero con tres diferencias:
que no podía comprarlas en los quioscos;
que nadie se las cambiaba; y
que el álbum no se llenaba jamás.
Sabía que no podía comprarlas en los quioscos porque cada vez que lo intentaba, la quiosquera lo miraba con cara rara, le regalaba un caramelo y le decía "Vaya, m'hijito, nomás".
Había comprobado que nadie se las cambiaría porque cada vez que mostraba una pregunta, le devolvían una respuesta.
Y el álbum no se llenaba jamás porque el lugar donde escribía las preguntas no era un álbum sino un cuaderno de tapas duras.
Pero volvamos al principio.
Oliverio coleccionaba preguntas como quien junta figuritas.
Preguntas de toda clase.
Grandes y chicas como: ¿Te gustaría saber por dónde queda el río por el cual el último barco fenicio pasó antes de que la civilización romana llegara a su fin? O bien: ¿Cómo te va? Fáciles y difíciles como: ¿De qué color era el caballo banco de San Martín? O bien: ¿Cuál es la raíz cuadrada de dos millones ochocientos cincuenta mil uno?
Interesantes y estúpidas como: ¿Por qué si la Luna es más chica, la veo más grande que a cualquier estrella? O bien: ¿Seré el chico más bello del mundo?
Cuando empezó, las únicas que juntaba eran las preguntas que se le ocurrían a él.
Con el tiempo, los amigos se interesaron por ayudar a Oliverio y le regalaron un montón de las suyas.
Preguntas de toda clase.
De mujeres y de varones. Con respuestas o sin respuestas. Aburridas y simpáticas. Dulces y saladas. Con palabras raras y hasta con palabrotas.
Oliverio se cansó de escribir preguntas en su cuaderno. Hasta que un día se le empezaron a repetir.
Venía uno con una pregunta dificilísima y Oliverio decía: "Esta ya la tengo."
Venía otro con una pregunta requetedificilísima y Oliverio decía: "Esta ya la tengo."
Repetida. Repetida. Repetida.
Le venían todas las preguntas repetidas.
Hasta que conoció a María Laura y, de una sola vez, se le ocurrieron diez mil: ¿Quién es esa chica? ¿Cómo se llama? ¿Por qué es tan linda? ¿De qué color tiene los ojos? ¿Le hablo o no le hablo?
No tenía ninguna.
¿Por qué no puedo dejar de mirarla? ¿Cuántos años tiene? ¿A qué escuela va? ¿La invito o no la invito a pasear?
Anotó en su cuaderno sin parar:
¿Por qué usa flequillo? ¿Sabrá patinar? ¿Dónde vive? ¿Le gustaría ir al cine conmigo?
Escribió como cuatro horas seguidas.
Su colección creció de golpe. Llenó de preguntas hasta la última hoja del cuaderno.
Y ya iba a iniciar uno nuevo, cuando de repente... ¡Seguro que se le acabó la tinta!
Salió a la vereda y la encontró.
Lo primero que supo es que se llamaba María Laura y lo demás decidió averiguarlo de a poco.
Pero volvamos al principio.
Oliverio coleccionaba preguntas como quien junta figuritas.
Hasta que un día conoció a María Laura. O se le acabó la tinta. Y desde entonces, sin proponérselo, un nuevo cuaderno se le fue llenando de respuestas.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Derechos Torcidos

Así trabajamos con la obra:


Miramos la misma luna, buscamos el mismo amor, tenemos la misma risa, sufrimos la misma tos. Nos dan las mismas vacunas por el mismo sarampión, hablamos el mismo idioma con la mismísima voz.. Yo no soy mejor que nadie... Y nadie es mejor que yo, por eso tengo los mismos derechos, que tenés vos...

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Trabajamos en equipo

Literatura y TIC
Leyendo y aprendiendo...
Los alumnos de 5to y 6to grado B compartieron la hora de literatura y TIC leyendo cuentos en grupo.
¡Felicitaciones por el compañerismo y el comportamiento demostrado! 







martes, 9 de septiembre de 2014

Cuentos para armar.

Trabajamos con el cuento "El Árbol de Lilas" de María Teresa Andruetto.

Por grado, ilustramos el cuento mencionado recientemente y enviamos los dibujos a Bs. As. para participar del concurso "Cuentos Para Armar". El cuento ganador tendrá un importante premio, aunque lo más importante es participar y trabajar en equipo.